Apenas dos minutos tardó en estallar la polémica arbitral en el 'clásico' de la vuelta de semifinales de la Copa del Rey. Un centro raso de Gavi desde el lateral derecho chocó claramente en la mano de David Alaba, y a pesar de la presión de la grada del Camp Nou y de las protestas de los jugadores culés, el colegiado no señaló penalti, una decisión correcta según lo estipulado por la norma.
Las manos en el área son una de las jugadas más polémicas desde la implantación del VAR, pues la discrepancia de criterios ha dado lugar a una confusión que no existió, sin embargo, en la acción que tuvo lugar en los primeros minutos en el Camp Nou.
La clave de esta decisión reside en el punto de la norma que habla de las manos cuando los defensores se encuentran en un lance del juego que les obliga a apoyarse en el suelo. Es decir, la regla manda que no será mano si se trata de la de apoyo, es decir, la que el jugador usa para no perder el equilibrio siempre que la mano no esté muy separada ni estirada.
Justo esa definición es la que se adapta perfectamente a la jugada protagonizada por el defensor austriaco del Real Madrid, pues al lanzarse al suelo para bloquear un hipotético centro, deja la mano izquierda apoyada en el suelo. Además, la norma también incluye esas manos que, sin estar apoyada del todo, se dirigen al suelo para cumplir esta función, lo que ayuda al VAR a tomar una decisión como la tomada este miércoles en el Camp Nou.
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